jueves, 11 de julio de 2019

Capitulo 1 La campesina, y el Lord



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Una joven chica estaba segando el huerto de su familia, eran pobres y dependían absolutamente de su cosecha para subsistir, y al igual que sus hermanos, Angy Sol ayudaba en casa,  a todo lo posible en esa numerosa familia.
Aquella tarde observo desde el horizonte como un lujoso carro se acercaba a la choza en la que vivían.  Estos llegaron a la puerta de su casa y hablaron un tendido rato con su padre, y luego se fueron.
Quitando ese episodio, toda la tarde transcurrió normal para Angy. Luego al ponerse el sol y acabar con todos los trabajos de casa se dispusieron a cenar. Hoy una triste patata le toco a la pobre Angy.
Justo antes de irse a la cama a dormir, su padre les reunió a toda la familia, y les comento el episodio de la carroza, pero añadió algo, que sorprendió a protagonista: Lord Dan, había pedido su mano en matrimonio a cambio de un pastizal para el resto de la familia. Esto la pillo por sorpresa, y aparte de que ya no vería a su familia, al menos tenía la seguridad de que ya no pasarían por problemas económicos. Y tras una serie de llantos y abrazos, todos se fueron a dormir, pero nuestra protagonista no tuvo una noche tranquila, Angy temía por su futuro.
A la mañana siguiente desayuno  unas hojas de lechuga seca que tenían en la despensa. Y con un trapo y un palo, se envolvió varias prendas que consideró que podría llevarse a esa  nueva vida que la esperaba.
Al Salir de casa, se encontró que ya estaba el majestuoso carruaje en la puerta esperándola, y también un pintoresco personaje con un gran bigote gris apuntando hacia arriba. –Hola, soy Guty, el emisario de lord Dan y soy en encargado de enviarte a sus aposentos y explicarte la vida en el castillo- Saludo.
Angy, tras la explicación le devolvió el saludo, y acto seguido se subió al carruaje. Guty se subió tambien y tras hacer un gesto al jinete emprendieron la marcha. Por el camino, ambos hablaron de protocolos, de cómo debía dirigirse a Lord Dan y de cómo funcionaban las cosas en el castillo. Aun así el viaje tampoco fue muy largo, porque el pueblo de Angy era el más cercano al castillo.
Allí, en la entrada, había 2 guardias custodiándola. Luego al entrar al castillo observo, que efectivamente el castillo estaba repleto de guardias.
Tras  andar un montón de salas, llegaron a una que ponía en la puerta “Despacho de Lord Dan”, Guty, llamo y como por arte de magia, la puerta se abrió. Allí, en una larga sala con un ventanal gigante al fondo, estaba lord Dan sentado, y tras pasar Guty empezó una ensalada de alabanzas hacia Lord Dan, mientras este le ignoraba y  se acercaba con su resplandeciente armadura.  –Guty puede usted retirarse y déjame a solas con mi futura esposa-. Guty se calló  de golpe, y tras una rápida reverencia se fue retirando dando pasos hacia atrás y en posición mantenida.
Una vez solos, se miraron a la cara, y Angy, pregunto -¿Cuándo será la ceremonia?-, a lo que Lord Dan, la miro detenidamente como si fuese una pieza de carne inpeccionando antes de consumirla.
-No habrá ceremonia, ya estamos casados, solo tienes que hacer un garabato en un escrito y ya. Verás, no te conozco de nada, simplemente necesito  figurar como casado, para una cosa que no es de tu incumbencia, y en una lista de empadronados en el pueblo te seleccione al azar, no tenemos ni porque vernos, la única condición es que te presentes en ciertos actos que yo te pida, y no vas a poder salir del castillo, así de simple-.
La noticia a Angy, le sentó como un garro de agua fría, ella, se esperaba otra cosa, aunque tras pensarlo, la idea de que un ricachón que no conoce de nada se la haya presentado su mano en matrimonio por otra causa es absurda, así que solo le quedó asentir.
Los días de Angy en el castillo no eran gran cosa. Tampoco estaban mal, mucho mejor que su anterior vida, pues aunque ya no hacia labores de campo, se entretenía en la biblioteca leyendo libros, paseando por los jardines con sus nuevas amigas, las sirvientas del castillo, o ayudando en la misma limpieza del castillo. La comida espectacular, paso de pasar hambre todos los días a tener la barriga llena siempre. Y aunque no volvió a ver una pieza de verdura, los costillares y asados eran de los platos más frecuentes, que Lord Dan se metía entre pecho y espalda. Un día en la comida le vio devorarse un Javalí entero, mas una pata de cordero, y aún así, le monto el pollo a los cocineros porque no se había quedado satisfecho, hasta que no le asaron un pollo no se quedo a gusto, Angy ese día alucinó.
Pasaron los meses y no paso nada especial en la vida de Angy, hasta que un día, fregando los suelos del castillo, salió un hombre de los calabozos, que corría huyendo de los guardias, este llevaba una espada, y rápidamente se abalanzo sobre ella, y la aprisiono entre su espada y su otro brazo, el filo de esta casi rozaba su cuello. Al momento los guardias se detuvieron, y empezaron a cambiar sus caras de Ira a preocupación. –No lo hagas decían, piensa en lo que puede pasar, si te entregas aun puedes salvarte de tu sentencia-. El hombre mantuvo firme su espada, y tras 5 segundos quieto y sin decir nada, agarro fuertemente a Angy con su otro brazo, y emprendió una carrera con ella escalera arriba hacia un torreon. Los guardias empezaron a seguirle, y tras un rato de carrera, empezó a escuchar que venían más desde arriba. Así que se detuvo en seco y con Angy aun cogida con el brazo se lanzo por una ventana, rompiendo el cristal y cayendo hacia el abismo. Por suerte de ambos cayeron en un profundo río que minimizo el impacto. Pero Angy, no sabia nadar. ¡Se iba a ahogar! Angy ya estaba empezando a ver pasar su vida por delante mientras se hundía, cuando derrepente, una mano la llevo hacia la superficie, y luego… Se desmayo.

Al abrir los ojos, estaba en prado, lejos del castillo y en mitad del campo, su salvador, el mismo que la secuertro.
Angy- ¿Dónde estoy, porque me has llevado?
Secuestrador- Bueno, me iban a pillar, si no amenazaba con matar a alguien dudo mucho que me hubiesen dejado con vida, y necesitaba un rehén por eso, vamos, y el salto suicida, en el momento lo vi como la única opción para escapar, menos mal que subí por el torreón correcto, pues si no ahora estaríamos aplastados contra el suelo
Agy- ¡ oh nooo! No debiste llevarme, eres imbécil, deberías hacer saltado tu, y dejarme allí
Secuestrador- Eh, no insultes, que te he sacado de ese castillo, y además luego te salve la vida
Angy- Yo no te pedí salir, estaba bien allí (Grito con todas sus fuerzas)
Secuestrador- Bueno pues ya que la chica es una señorita se las va a apañárselas por su cuenta, yo me piro lo más lejos de aquí, en ese castillo me encerraron solo por entregar una carta,  y no quiero volver a las celdas, me voy, adiós
Angy- Espera, que no se volver, jolín no me dejes aquí sola, no tengo nada y no se volver, nunca Salí del pueblo que esta a las faldas del castillo, llévame de vuelta por favo te lo suplico.
El chico, se empezó a irse, mientras Angy le suplicaba, y tras dar unos pasos, finalmente se paro, y se quedo pensando, al final le dijo: –Bueno, yo no voy a ser quien te lleve hasta allá, pero conozco un tabernero que está a 4 horas de aquí, te llevo, y te subes en el primer carro que lleve algo hacia allá, y te largas de mi vista-. Tras oír esto Angy se alegro, y empezaron juntos una marcha, a lo cual al iniciar su viaje a la Taberna, le pregunto que como se llamaba. A lo que el chico con aire misterioso le contesto:- Pues mi nombre… En verdar, mis amigos me llaman Osin, pero entre mis enemigos soy conocido como… El Oso Feroz.