lunes, 20 de abril de 2020

Capitulo 5 ¿El genio?

La princesa Romy corría como loca por el castillo. Las palabras de Alfonso se le venían  a la cabeza.- Soy tu príncipe azul; no se que esta mas bueno, si tu o el pollo que tengo entre dientes- Y las siguientes preguntas se le venían a la cabeza. -¿Y este va a ser el hombre con el que me despierte cada mañana?, ¿Y en la boda le tendré que besar?

Nauseas se le empezaron a venir a la cabeza. Tenía ganas de devolver. No sabía si potar en una esquina, o por la ventana. Se sentía impotente, tenía ganas de gritar. Miró hacia ambos lados del pasillo. No había un alma. Ni sabía hacia donde se había metido del largo castillo que tenían de casa.

No es que Romy no conociese su castillo, ella de pequeña, había correteado por todo el castillo, le encantaba ponerse a explorar el inmenso castillo de su familia mientras correteaba e imaginaba mundos imaginarios. Se le empezaron a venir recuerdos a su cabeza, recuerdos de sus antiguos mundos infantiles que luego le contaba a sus padres, los cuales la solían callar con un enérgico abrazo. Santi casi siempre le cortaba a la mínima, pero su madre le hacía miles de preguntas, ella se interesaba mas. De todas formas  ya apenas recordaba las charlas de su madre, pues aun era muy pequeña cuando esta abandonó el mundo. Tras recordar todo esto, su cara se inundó en tristeza. Y al saber que estaba solo en la sala, soltó un enérgico grito de llanto y se hecho al suelo.

Ni supo el tiempo que estuvo llorando, tras haberlo soltado todo, se quedo allí en posición fetal, a ver el tiempo pasar.

El sonido de la gente desde el patio la sacó de sus pensamientos. Pensó en incorporarse y ponerse a mirar por la ventana, pero desde su posición, le llamo la atención una puerta entre abierta. Romy, noto como si una presencia la llamara. Se quedo observando la habitación, y como si de una ilusión se tratase, la cola de un gato negro se deslizo hacia el interior.

Alucinada, se quedó mirando, no sabía que hacer, pero al final, la curiosidad pudo mas que su miedo, y casi como si se sintiese obligada se levanto, y abrió la habitación. Esta debía ser de uno de los invitados, pues eran las típicas habitaciones que se prestaban. Romy, no solía cotillear las posesiones ajenas, pero en cierto modo, de entre los cajones de la sala, le llamo algo la atención. Era como si una voz de socorro le llamase.  Miro fijamente al cajón, y lo abrió. Su sorpresa fue, cuando en el se encontró con una especie de tarro de oro con forma alargada que acaba llevando a un orificio y desde el otro lado este poseía un asa. Extrañada lo analizo, se parecía a las famosas lamparas mágicas de relatos que llegaban desde oriente. Con cuidado agarró el objeto, y se puso a contemplarlo con asombro. Tenía una idea. ¿Y si dentro de aquella lampara había un genio que concedía deseos como en los relatos? Empezó a agitarla, pero nada sucedía, mas fuerte, agito muy fuerte, pero nada. Al final se canso de agitar, y cuando iba a desistir, cambio una de sus dos manos de la parte inferor de esta a la de arriba. Se le deslizo ligeramente, y cuando la iba a dejar ya, un humo blanco empezó a salir de esta a presión. Romy, asustada cayo al suelo. Evidentemente la lampara también.

Incrédula observo como realmente, un vapor salía de la lampara, y ese vapor empezaba a tomar una forma. Parecía un humano, pero solo de medio cuerpo para arriba, el resto, era humo, solo humo, y la figura cada vez era mas visible. Hasta que finalmente, la figura, extendió los brazos y habló. -Hola buenas, soy Antonio Salas el genio de la lampara, usted me ha invocado y por norma puedo concederle un deseo.

Romy se quedo a cuadros, no se lo creía, ante ella, estaba un genio. ¡Un genio de verdad! de los que cumplen deseos. Este se la quedo mirando, esperando una respuesta. Romy empezó a pensar si no se había vuelto loca, pero no. Lo que estaba viviendo es real, ante ella tenía un ser que le estaba pidiendo que le hable de un deseo. Romy pensó. Y tras una breve pausa para pensarlo habló. - Yo deseo no tener que casarme con el Principe Alfonso. Quiero que sea decisión mía.- El genio, elebó los brazos y a punto estubo de chascar, pero lentamente empezó a bajar la mano y se llevó los dedos a la boca. Y entonces habló:- Y como es que no quieres casarte con un príncipe, acaso ya eres una princesa- Romy, sin decir Palabra afirmo con la cabeza- ¿Podrías explicarme mas la situación? Princesa- Romy se incorporó levemente y con voz tímida empezó a hablar- Pues veras, soy la princesa Romy del Reinado unificado del Gran Santi. Mi padre el Rey Santi III, quiere unificar mi mano en matrimonio con el príncipe Alfonso del Reinado Confederado de Arturo, cuyo rey el padre Daniel II esta financiando a una región de mi reino para presionar en nuestro matrimonio. ¿Quizás si haces que mi padre le venda esas tierras evitas mi matrimonio?- El genio se quedó pensando, y al final tras cruzar los brazos volvió a hablar- Verás yo soy un genio, pero no puedo conceder deseos así como así. Para un deseo tan poderoso donde la mentalidad de tanta gente cambie, necesito que en luna llena tu pongas mi lampara en una roca blanca situada en la proximidad de un bosque, y recites el verso de este papel.- El genio hizo aparecer un papel con letras apuntadas que generaban palabras que Romy no conocía, pero al menos, ella sería capaz de dictar. Miró al Genio y le dijo que lo haría. Tras esto, este se volvió a meter  en su lampara, acompañado de todo el humo que se generó en la habitación. A todo esto Romy, se guardo la lampara en su bolsillo y salio de la habitación no sin antes dejar todo, tal cual como estaba antes de haber entrado.

La tarde fue siguiendo. Romy no volvió a la fiesta, ella se dedicó a estar en el castillo resguardada. A la puesta de Sol, Ella miró por la ventana como la fiesta de su padre fue trasladada a los jardines. Y mas tarde en la noche habló con su amiga Eva, sobre lo sucedido en la fiesta. Romy omitió todo el dato del genio. Aunque su amiga detecto que algo pasaba, porque el rostro de Romy, remarcaba felicidad. Sin embargo, de esa noche, el de Romy no era el único rostro feliz, pues su amiga, también había pasado una buena fiesta. A final Eva le contó lo sucedido en el banquete y la comilona que tuvo con Lord Dan. Y Romy le explico lo sucedido con Alfonso, y como le puso en evidencia. Tras esto ambas amigas se despidieron y se fueron cada una a sus habitaciones a dormir.

A media noche, algo despertó a Romy, como si unos pasos de alguien por el pasillo, le hubiesen sacado del mundo onírico, abrió los ojos. Por la ventana pudo observar como la luna llena iluminaba la habitación. Y entonces recordó lo del genio. Emocionada se bajo de cama y se cambio. Nunca había salido de noche del castillo, la idea le daba miedo, no sabría si incluso había guardias en la entrada, pero tenía que hacerlo. Miro al balcón y observó las calles de la cuidad, era grande, y el bosque mas cercano estaba algo lejos. ¿Podría escapar de la ciudad antes de que se hiciese de día?
Por un momento pensó en desistir, pero volvió a pensar las palabras de Alfonso, y le hirvió la sangre, iba a hacerlo, cueste lo que cueste. Tenía que dejar atrás sus miedos.

Romy, se vistió, intento ponerse lo mas sutil que encontró, los nervios hacían temblar sus manos mientras se ponía la ropa. Y una vez preparada, abrió la puerta de su habitación. Miro al pasillo. No había nadie. Así que con sigilo agarro una antorcha de las paredes y la cogió. Sintió que era necesario.  A saber si podría salir por la entrada principal.

Tras una larga exploración por los pasillos encontró la salida principal de este, pero efectivamente por allí no paso, pues estaban los guardias. Romy,  busco por todo el castillo una salida alternativa, hasta que al final, decidió escapar por la ventana mas baja de una de las salas principales. Ya en los campos del castillo empezó a pensar que escusa le diría a Santi al día siguiente. Por un momento pensó en escoger una de las rocas cercanas al castillo, pero el genio fue explicito, Romy tenía que darse la caminata.

El castillo estaba localizado en un lugar estratégico, la verdad fue edificado sobre un pequeño islote en un lago. Cuando el reino era muy pequeñito los lugareños cruzaban un puente levadizo y se resguardaban de los invasores, pero alrededor del castillo, una ciudad se fue edificando, hasta el punto de elaborar una muralla exterior a la ciudad. Sobre este castillo, había unos pequeños terrenos de campo antes de precipitarse al lago. Y Romy pensó, que en ese pequeño campo, igual funcionaba, pero la idea fue bien descartada no solo porque no se adecuaba a las descripciones. Ella tampoco deseaba que desde las habitaciones se la observase hablar con un genio y la tomen por bruja. Así que se dispuso a cruzar el puente levadizo, la verdad tras tanto tiempo de paz en la ciudad nunca se había llegado a un punto de tener que levantar-lo, así que sin ningún problema, salto el pequeño muro para acceder al camino que llegaba al resto de la ciudad.

Una vez en la ciudad  se ocultó tras una capucha. Nunca había salido de noche, pero si se sabía como moverse, de pequeña sus padres la llevaban por la ciudad, y también de vez en cuando con amigas de la nobleza había andado paseando con sus carros por ciertos lugares. Así que sabía muy bien hacía donde dirigirse. Siempre y cuando algún transeúnte sospechoso no le obligue a desviarse por los callejones.

Con cuidado, Romy, fue cruzando la ciudad, y a pesar de la peligrosidad de esta, tuvo suerte al no encontrarse con nadie y poder llegar bien a las afueras, sin ningún problema cruzo las puertas de las murallas externas, y pudo adentrarse al bosque cercano. No se adentro mucho por temor a perderse, pero tampoco se quedo en las afueras del bosque.

 Allí empezó a buscar una piedra con las características del genio, y cuando la encontró, empezó a frotar la lampara. El humo de esta empezó a esparcirse y a los pocos minutos apareció el Genio, pero este, en lugar de hablar, abrió, los ojos como platos, y miro hacia la luna, tras lo siguiente, este salio volando hacia el cielo al grito de  ¡Soy libre!
Y luego se escucho una explosión que tumbo a Romy al suelo. Al abrir los ojos un muchacho con aspecto quemado estaba dormido al lado de la lampara. Apenas había pasado mucho tiempo inconsciente, por lo que confundida se levanto, y se acerco al chaval, que se parecía ligeramente a la figura del genio. Por sus aspecto  de piel y sus ropajes, parecía venir del sur, de los países musulmanes.  Al verle dormido, le empezó a agitar ligeramente, al poco tiempo, el chaval, abrió los ojos. -¿Estoy, en el cielo?, ¡Ala!,  ¿donde esta el resto de las vírgenes?- Tras escuchar esto, Romy, se apartó asqueada, por un momento pensó dejarle allí, pero algo le decía que ese era el único que podría decirle que ha pasado con su deseo, y con el genio, así que decidida se acerco al chico,- Que a pasado con mi deseo y con el genio- Habló con voz fuerte, a lo cual, el chico, levemente empezó a incorporarse, y abrió los ojos, como si de una revelación le haya traído al presente, alteradamente, empezó a hablar.-¡El genio, la lampara, la señora!- Romy, se extraño, pero el chico empezó a brincar de alegría, y le dio un enérgico abrazo, a lo cual, romy intento zafarse.- Muchas gracias de verdad, siento no poder atender su deseo, pero créeme es mejor así, me has liberado del hechizo de una bruja malvada, ella misma me dijo, que cuando una princesa pida a la luna mi liberación, yo sería salvado, pero pensé que no volvería a ser un humano. ¡Hurra!, muchas gracias, lo siento.- Tras haber escuchado todo esto Romy furiosa consiguió liberarse y le empujo- ¡Pero como has podido engañarme! ¡acaso eres un genio de las mentiras! y mi deseo, he hecho una buena acción, me merezco mi deseo- Tras haber dicho todo esto se dejo caer de rodillas y empezó a rezar. El chico, ya mas tranquilo, bajo la cabeza, y relató.- Siento haber jugado con tus deseos, de verdad, podía cumplirlo, pero no te iba a gustar, los deseos que estaba obligado a cumplir, no son nunca lo que uno realmente desea. Cuando alguien pide el deseo, no sale como quieren, me duele cuando vienen a pedirme que deshaga su deseo, y no poder hacer nada, yo simplemente chasqueo y ocurre literalmente lo que pedís, pero alterando otras variables negativas que vosotros no tuvisteis en cuenta al pedirlo. Posiblemente te habría enviado al cuerpo de una campesina, una, cercana a ese príncipe y abrías acabado queriendo casarte con el para recuperar tu vida. Solo se que los deseos que pido acaban volviéndose contra los que lo pidieron. He concedido muchos y ahora que vuelvo a ser humano, me arrepiento de la mitad. Por Ala, soy una buena persona, como he acabado así- Tras esto, se cubrió las manos, y empezó a llorar. Romy, empezó a sentir pena por el chico, al final, opto por darle un abrazo y otorgarle consuelo, este, empezó a llorar mas, y tras un rato de lloriqueo se calmó.

Cuando ya el chico recompuso la compostura, Romy, se sentó en el suelo y empezó a mirar las estrellas, el chico, aunque le vio débil por el hecho de soltar en lagrimas, era de su edad, y no le resultó en desagrado, o al menos no tanto como con Alfonso, así que tras analizar un poco, preguntó- Y como es, que acabaste encerrado en una lampara mágica.- El chico, miro hacía el cielo apenado, y dijo- Eso es una larga historia, que empezó en oriente, fue hace mucho tiempo, yo era el benjamín del Sultán, si todos los terrenos del predominio Árabe, eran de mi padre, si, eran-

Luego bajo la cabeza apenado, miro hacia la lampara, y empezó a relatar. Romy, escuchaba atentamente la historia de este trágico personaje que empezó teniéndolo todo y acabo encerrado en una lampara. ¿Que miserias le habrán sucedido? ¿quien le encerró en la lampara? ¿se acordará Romy del camino del vuelta a casa?




Continuara....